El Osmio es un metal infalsificable.

Su estructura cristalina se puede identificar más fácilmente que una huella dactilar con un factor de seguridad aproximadamente 1.000 veces mayor que una huella dactilar.

No puede crearse con un núcleo de otro metal, ya que la densidad del otro metal estaría muy por debajo de la del Osmio.

El Osmio sólo puede ser cristalizado por una única empresa a nivel mundial, que ha desarrollado el proceso en un periodo de investigación de 40 años. Se necesitan un total de 160 enfoques de una duración de 3 meses para mapear este proceso. Por consiguiente la cristalización no puede ser eludida.

El Osmio en forma no cristalina es tóxico y puede ser reconocido claramente como una esponja de osmio de color negro.

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